Fotógrafas de moda: las pioneras olvidadas
El mundo de la fotografía de moda parece que siempre ha sido considerado erróneamente como un territorio dominado por hombres, con las mujeres asumiendo el roll principal frente a las cámaras en lugar de detrás de ellas. Nada más lejos de la realidad. De hecho, si profundizamos en los archivos de la fotografía de moda, descubriremos que las mujeres también han tenido un papel angular dentro de la fotografía de moda.
A pesar de haber sido menos conocidas, las fotógrafas de moda de las que hablamos han sido extremadamente importantes en el curso que ha desarrollado la dirección creativa y la fotografía en la industria de la moda. Estas mujeres supieron aprovechar mejor que nadie la feminidad de sus miradas (que los hombres no podían transmitir en sus fotografías) para empoderar a las mujeres enfrente de sus objetivos y adoptar así nuevas técnicas, promoviendo un cambio en la fotografía de moda y contribuyeron a lo que es hoy en día.
En esta nueva entrada del blog dedicaremos un merecido homenaje a cinco de estas fotógrafas de moda pioneras que dejaron huella en el siglo XX y asentaron firmemente el precepto de que la fotografía de moda no es solo cosa de hombres:
Regina Relang
Nació en 1906 y se convirtió en una de las fotógrafas de moda más conocidas durante las décadas de 1950 y 1960. Empezó a trabajar para Vogue en 1938 y participó en sesiones de fotos y en presentaciones de colecciones de alta costura. Fue autodidacta y aprendió fotografía por sí misma y empezó vendiendo sus fotografías de viajes. Posteriormente se mudó a Paris y se introdujo en la industria de la moda tras entablar amistad con el fotógrafo Willy Maywalf. Las fotografías de Regina Relang no solo han documentado las diferentes colecciones de célebres diseñadores como Yves Saint Lorent, Dior o Pierre Cardin, sino que también inmortalizaron un retrato de la mujer moderna y su evolución a lo largo del siglo pasado.


Louise Dahl-Wolfe
De origen americano, esta fotógrafa fue mundialmente reconocida por su trabajo en Harper’s Bazaar. Dahl-Wolfe disfrutaba haciendo fotos al aire libre con luz natural en localizaciones lejanas de Sudamérica y África. Su estilo contrastaba con del de otros fotógrafos de moda de su tiempo, ya que ella dotaba a sus fotografías de tonos más fríos e incluso editaba sus fotos para conseguir este efecto. Por lo general, disfrutaba más de los retratos que de la fotografía de moda. Algunos de sus más famosos retratos fueron a Cecil Beaton, Josephine Baker o Edward Hopper. Louise Dahl-Wolfe se convirtió en inspiración para artistas como Richard Avedon o Irving Penn.

Ellen von Unwerth
Esta fotógrafa procedente de Alemania trabajó como modelo durante 10 años antes de dar el salto a la fotografía de moda, y aún continúa trabajando en editoriales de moda y campañas comerciales. Von Unwerth saltó a la fama en 1989 tras fotografiar a Claudia Schiffer. Estas fotos consiguieron catapultar a la modelo a lo más alto cuando apenas era conocida. El trabajo de la fotógrafa ha sido publicado en revistas como Vogue, Vanity Fair, i-D y otras muchas.
Sus fotografías se caracterizan por mezclar la sensualidad y el glamour a partes iguales. Si bien es cierto que este estilo es similar al de sus compañeros de profesión varones, con la diferencia de que Von Unwewrth utiliza su condición de mujer para motivar a las modelos y hacer que se sientan cómodas y sexys frente a la cámara.
Deborah Turbeville
Deborah Turbeville fue una fotógrafa de moda americana que comenzó a formar parte del mundo de la moda a raíz de su papel como editora de moda en la revista Harper’s Bazaar. No fue hasta la década de los 70 cuando decidió comenzar su andadura como fotógrafa de moda. Se la reconoce por añadir toques oscuros y misteriosos en sus instantáneas, en la misma línea que Guy Bourdin y Helmut Newton.
Entre estos tres fotógrafos, Deborah Turbeville adoptó un estilo ligeramente diferente al de los otros dos, que dotaban sus fotografías de toques eróticos. Ella, sin embargo, encamino su estilo hacia una estética más mística, dando a sus fotografías un toque femenino que tanto a revistas como a grandes marcas volvían locas.
Toni Frissell
Toni Frissell se dedicó a la fotografía de moda entre 1930 y 1950 y supo capturar la vida idílica de personas de dinero en muchas de sus fotografías. En sus comienzos trabajó brevemente para Vogue escribiendo para la revista, sin embargo, la despidieron debido sus errores ortográficos, aún así, la editora de moda de la revista, Carmel Snow, la animó a entrar en el mundo de la fotografía. Tras que su primera fotografía fuera publicada en otra revista, consiguió un contrato en Vogue. Al igual que Dahl-Wolfe, sus fotografías de moda a menudo mostraban modelos realizando algún tipo de actividad en escenas bucólicas rodeadas de naturaleza, en lugar de posar sin más frente a una cámara. Muchos fotógrafos la siguieron, dejando a un lado las sesiones en estudio para empezar a realizarlas en exteriores.


Además de fotógrafa de moda, durante la II Guerra Mundial, Frissell fue fotógrafa voluntaria de la Cruz Roja y más tarde se convirtió en la fotógrafa oficial del Cuerpo de Mujeres del Ejército. Posteriormente, Toni Frissel se dedicó a capturar retratos de personalidades como Winston Churchill, Eleanor Roosevelt y la familia Kennedy. Finalmente fue contratada por la revista Sports Illustrated en 1953, y continuó siendo una de las pocas fotógrafas en el mundo del deporte durante años.
Vía Kluid Magazine